jueves, 31 de diciembre de 2009

Deja que me quede un poco más aquí

Deja que me quede un poco más aquí, perdida entre tus costillas. Deja que calme la tristeza que llegó de puntillas, guarecida en tus pupilas. Mientras las nubes inundan con su lluvia todas mis heridas, deja que me quede un poco más aquí, refugiada de mis iras, entre tu barbilla y tu nariz respirando fantasías. Antes de que vuelva a salir el sol, deja que me quede un poco más aquí, hasta que se desvanezcan mis pesadillas. Antes de que llegue otra despedida, deja que me quede un poco más aquí, entre tus brazos dormida.
Deja que me quede un poco mas así, desdibujando tus manías. Esas que yo misma mal decía, y hoy quiero compartir. Deja que adormezca las mentiras que contamos a escondidas para no hacernos sufrir, esas que a veces me creía. Mientras el mundo sigue frenético, deja que me quede un poco más así, borrando cicatrices que separan nuestras vidas. Ahogando miedos y osadías que nos mataron a media luz, deja que me quede un poco más así, entre tu boca y la mía. Antes de que llegue un nuevo día y otra vez la despedida, deja que me quede un poco mas así, abrigados por una soñolienta sonrisa.
Deja que me quede un poco más aquí, en tu pecho escondida. Deja que me que un poco más así, amaneciendo entre caricias. Quédate un poco más aquí así, aunque sólo sea una ilusión, aunque sólo sea por un día.

martes, 29 de diciembre de 2009

LA CASA DE VENTANAS EMPAÑADAS

Lluvia, paraguas,
manos, bolsas
caras, botas de agua
cigarros, charcos.
La gente va y viene
Viene y va
Sin detenerse
Me pregunto si todos
tienen claro hacia donde van

A mí me gusta caminar despacio
Y mirar
esos paraguas rojos, verdes, lilas y negros,
las gotas que turban los charcos,
las caras limpias y marchitas
marchitas y maquilladas
ocultas bajo los abrigos
sonrojadas por el viento
y los cigarros,
y las botas de agua
y a la gente
Que viene y va
Que va y viene
Con sus hijos, amigos,
o solos
Con prisa o calma
y me vuelvo a preguntar
a dónde van
mientras yo deambulo
entre calles, lluvia, caras,
cigarros, voces, paraguas
y pensamientos:

Dicen que
todo depende del cristal
desde el que se mira
Yo no puedo evitar que
se empañen mis ventanas.

A veces pienso que podría
sentarme en una esquina
y simplemente esperar
esperar a que mi alma
termine de serenarse
o se aburra de estar aburrida
Sentarme en cualquier esquina
a pedir una limosna para achicar
de mi alma cada gota de estas tormentas
sin tregua
que avivan el verde de los paraguas
y también los grises
de las paredes de mi co-razón

Yo camino despacio
Y me voy perdiendo entre
Las caras y los abrigos
Entre las bolsas de plástico
Y los bolsos de piel
Me desvanezco entre la gente
Y me convierto en la señora
Del abrigo rojo
Y en la bocanada de humo
Del chico de los pantalones verdes
En los maniquíes desnudos
pero abrigados
con guantes, bufanda y gorro de lana
En las aceras encharcadas
Y en sus charcos
Profanados por niños
que estrenan botas de agua
En los adoquines que ven pasar
día tras día
a toda esa gente
que va y viene y viene y va
mientras trato de adivinar
hacia donde van
y si yo debería ir, como ellos,
hacia algún lugar.

Dicen que
todo depende del cristal
desde el que se mira
Yo habito la casa
de las ventanas empañadas.

Zahara – Domingo Astromantico
http://www.youtube.com/watch?v=uyP1jRemcMM&feature=related

lunes, 28 de diciembre de 2009

COLECCIONISTA DE CANCIONES TRISTES

Es difícil bailar con los zapatos llenos de agua
y sonreír a los conocidos con la cabeza bien alta
y mirándoles a los ojos
cuando tienes los bolsillos llenos de piedras
Es difícil echarle ganas a la cosa cuando
ni la cosa tiene ganas
y hacerle un corte de mangas a las nubes
sabiendo que te pueden llover encima
durante días sin descanso
Es difícil poner la otra mejilla
sobre todo porque sólo tengo dos
y ya llevo unas cuantas ostias
Ya no voy a bailes de disfraces
porque, en realidad, las máscaras
hace tiempo que son mi rutina
Tampoco necesito recordar los días grises
porque las tormentas se han apropiado
del lado izquierdo de mi cama
He terminado coleccionando
las palabras de canciones tristes
y los recuerdos alados que se pasean
agarrados a un roído taca-taca
cuyo traqueteo oigo acercarse
por el pasillo de mi casa
cuando empieza a ponerse el sol
Es difícil reír sin motivos
y también llorar sin ganas
aunque tenga más de mil
minutos soleados
y otros tantos ataviados
de riguroso de luto.

jueves, 17 de diciembre de 2009

AUTOINMOLACIÓN

No puedo evitarlo,
practico la auto-inmolación.
Me gusta imaginarte besando a otra.
Me gusta que me hables de ella.
Me gusta que me mandes su foto
y ponerle cara a la puta
a la que jamás me pareceré,
y tanto envidio.

No puedo evitarlo,
como en la guerra,
en el amor, mi religión
es la inmolación.
Espero acumular tanta ira
que acabe explotando,
y así, quizás,
pueda terminar con esta agonía.

jueves, 10 de diciembre de 2009

SANGRE

No hay intrusos en mi estómago, ni orgasmos en los que me roben el alma. No hay olor a hierba recién cortada, ni su tacto bajo mis pies, ni rozándome los muslos mientras me enredo entre sus ganas. No hay abrazos en los que fundirme y bajar la guardia. No hay lunes llevaderos con recuerdos de la noche anterior, ni ascensores que me lleven a lo más parecido al cielo, o a infiernos con ventanas empañadas. No hay mensajes de buenas noches, ni un politono que me anude las tripas con la garganta. Empiezan a borrarse las añoranzas y los recuerdos que conservaban el tacto, el olor, el sabor de su piel sudada. La nieve, aquella “bonita estampa”, es lo más parecido que podría encontrar si me atreviera a asomarme al espejo y mirarme a la cara: Fría como la muerte pero con sólo una caricia podrías matarla. No hay ilusiones en el calendario, ni deseos retorciéndose en mi cama. No hay a quién esperar, a quién imaginar asaltando mi fortaleza, quién pueda redondear las espinas de mi alma. Las luces sólo son energía para el consumo ajeno, y las sombras el color que se esconde bajo mi almohada. No hay susurros, ni respiraciones, no hay palabras, ni siquiera su eco en mis sábanas. Me he fumado las penas y las alegrías, las he recortado y pegado en forma de palabras. He escurrido mis entrañas para sacar cada gota de vida, he exprimido todas las venas de este cuerpo putrefacto en un intento de revivir, de vivir, o de morir con la cabeza alta. Ésta es mi última gota de sangre. Y es sangre coagulada ……………………............................

martes, 8 de diciembre de 2009

HAPPY ENDING?

De pequeña a mí también me leyeron
todos esos cuentos de
princesas desterradas,
y víctimas de maleficios
de hijastras sometidas,
y damiselas bajo cautiverio.
Y todos ellos coincidían en lo mismo:
el Happy Ending
(con un bonus: un "principe" forrado
y buenorro)
Claro que había otros sin final feliz
pero terriblemente románticos
en los que los amantes preferían morir
a no poder pasar juntos el resto de sus días
Y confieso que aquel final,
ese de “El amor todo lo puede”
me parecía irresistiblemente esperanzador.


Han pasado unos años desde entonces
Unos cuantos años
Y uno se da cuenta de que,
después de haber vivido alguna que otra
Bonita
Romántica
Difícil
Jodida
Dolorosa
Agónica
Generosa
Retorcida….(a veces todo a la vez)
Historia de amor (¿?),
resulta que la realidad es que
los castillos son de protección oficial
y están adjudicados de antemano
a los hijos de fulanito y menganito
y que los proyectos a príncipe
han preferido
echar un polvo con alguna tía
que está más o menos buena
pero que saben seguro que
por la mañana
se habrá convertido en calabaza.

Y me jode.
Sí, me jode.
Me jode y odio haber sabido
a tan influenciable e inocente edad
de todas esas películas, cuentos y canciones.
Odio a los acaramelados
A los románticos empedernidos
A los que me juraron amor eterno
Y sobre todo
A los que no me prometieron nada
Odio a La Bella durmiente
A La Cenicienta
A La Bella
A Julieta y
A la puta de Julia Roberts

Llamadme envidiosa
Ingenua, tonta, rencorosa
Los más probable es que tengáis razón
Y supongo que debo agradecer,
en gran parte,
el desarrollo de tales virtudes
en mi persona
a todos los que decidieron
no acabar su cuento con un:

“Y la tonta de Blancanieves
se comió la jodida manzana
y nadie fue a rescatarla
porque el cabrón del príncipe
se había fugado con la
retorcida madrastra
que era más madurita
y por ello
mucho mejor en la cama
e indiferente al compromiso

FIN”

lunes, 7 de diciembre de 2009

ASFIXIA

Cómo os puedo explicar que estoy cansada, y aburrida, pero que tengo ganas. Tengo ganas de tener ganas, ganas de olvidarme de quien me tenga que olvidar, y ganas de acordarme de ti con razón, porque vuelves a estar. Cómo os puedo explicar que estoy un poco harta de que se me erice la piel al escuchar "Carpe Diem" y de que me convenzan los manidos argumentos de “la vida sólo es una, aprovéchala”, y aun así ser incapaz de llevarlo a la práctica.
Será que creo ser quien no soy, y que no quiero ser quien soy. Será que pienso que todo es más sencillo de lo que lo hacemos, mientras yo misma me enredo en este ovillo de infinitos hilos con el que intento tejer, no sé muy bien qué, pero algo parecido a lo que llamamos "la vida que yo quiero".
Será esta insoportable duda de si tirar definitivamente la toalla o intentar, una vez más, rodear con ella el cuello de mi peor enemigo (sea quien sea) y apretar con toda mi rabia acumulada, mis frustraciones, mis miedos e incertidumbres hasta llevarme su último aliento.
Lo malo es que creo que mi peor enemigo soy yo y estas batallas fantasmales que me deleitan y matan en la misma medida.

(P.D. Uno nunca debería escribir sobrio)

lunes, 30 de noviembre de 2009

CONTIGO

Contigo soy la niña del baile de fin de curso
Las cenizas del último cigarro a medias
El salón desmantelado después de una fiesta

Contigo soy la mujer decididamente indecisa
El carrusel de colores ajados a orillas del mar
La marea que invocas en tus lunas llenas

Contigo, sin ti, soy yerma
Apocalíptica
Como la ametralladora
que dispara a discreción
allá donde haya cualquier mínimo movimiento
Por si acaso
Aunque el único caído de cada batalla
siempre sea yo

Contigo
Y sin ti
El caramelo que han arrancado
de las manos del niño
Y su llanto amargo
Soy su llanto amargo.

jueves, 26 de noviembre de 2009

MIÉNTELE A ESTA POBRE IDIOTA

Prometemé que me mentirás
que me dirás que no hubo otra igual
dime que la herida sigue contigo
que nadie te supo curar
y que la única de la que te acordarás
si llegamos pronto al final
será de esta idiota que todavía hoy
te guarda un hueco en su alma
aunque no lo merezcas ya.

No les pongas nombre
no me hables de todas
las que te quisieron mejor y más
de todas a las que quisiste
algo que por mí nunca sentiste
ni sentirás

Y si llego pronto al final
espero verte frente a mi tumba
cantándome esa mentira
que dice que nunca me olvidarás
que nadie podrá curar tu herida
que no habrá otra igual

Siéntate junto a mi lecho
y miénteme una vez más
Pídele a esta pobre idiota
que siga guardándote un hueco en su alma
para cuando llegue tu final.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Cosas Que Podrías Haber Hecho Mejor

Para empezar:
Quererme, aunque fuera sólo un poquito, lo justo.
Para seguir:
Hacérmelo saber, aunque no fuera con palabras.
Después:
Disfrutarnos más y mejor, más allá de miedos y repercusiones.
Más tarde:
No alargar la agonía si sabías que había llegado el momento de:
Para terminar:
Habérmelo dicho a los ojos, cara a cara.
En la postdata:
Hacer acopio de la valentía que te faltó en el "más tarde" y
de la elegancia que no tuviste en el "para terminar" y simplemente
DESAPARECER.

No era tan difícil, no?

viernes, 20 de noviembre de 2009

DESEOS DESDE LA AZOTEA

Quiero una azotea con estrellas de alquiler
Unas ventanas con vistas a tu horizonte
Unos zapatos del color de mis ojos
Unas manos hechas a la medida de mi alma

Quiero los buenos días con mermelada
Y las buenas noches enredadas en carne
Quiero una calle estrecha para cruzarme contigo
Que tu distancia más larga se arrugue con cualquier motivo

Quiero ilusiones del tamaño de Madrid
Y unos guantes del color de tu pelo
Quiero encontrarte justo cuando me encuentres
Y que alquilemos la tercera estrella de la izquierda.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

LET ME GO THIS TIME

Sería el momento perfecto para desaparecer
Para siempre
Sigues siendo una piedra en mi zapato
Y ésta, que era luz,
se tornó niebla
que no se evapora nunca

Sería el momento de arrancarte desde la raíz
Aunque algunas de tus bifurcaciones
todavía me acercan a ti
se convierten en sogas en mi endeble cuello
que apenas puede sostener
todos los pensamientos que te he dedicado

Sería el momento perfecto para irme
Para que me dejes ir
Para siempre
Ahora mismo es mi único deseo
Sólo eso
Sólo pido eso.

(Y ya no me quedan lágrimas para llorarte)

lunes, 16 de noviembre de 2009

El fantasma del noviembre pasado

Hoy ha venido a visitarme el fantasma del noviembre pasado.
La verdad es que en un principio habría jurado que no era el mismo, pero todavía, de vez en cuando, asomaba algo en sus ojos que confirmaba que era él. Ahí detrás sigue estando la misma energía, sólo que ahora revolotea otros dormitorios.
Como todo buen fantasma su aparición me ha dejado algo confusa: ese regusto que deja una buena dosis de realidad mezclada con lo que un día fueron ilusiones, las mejores, y la tristeza de los recuerdos que ya no erizan la piel.
No os equivoquéis. Él no es un fantasma de sábanas y cadenas. La que arrastra semejante lastre soy yo.
Él sólo es el fantasma de aquel noviembre.

Fuimos noviembre.
Sólo eso.

jueves, 12 de noviembre de 2009

INSTINTO ASEXINO

Te espero agazapada
en un rincón de mi habitación
preparada a que asomes la cabeza
y pueda sorprenderte
con un ataque
justo a la yugular.

Una vez bajo mis zarpas
recorrería tus rincones con mi hocico
y lamería tu cuello
me detendría en tus codos
en tu nuca
en tus rodillas
en tus hombros
en tu ombligo
en tu pelvis
y después
con tu olor en mis papilas gustativas
te desmontaría la piel con suaves bocados
con delicadeza
dulzura
te arrancaría las manos / tus ganas
la polla / tu deseo
el cuello / tus escalofríos
el ombligo / tus fuerzas
los brazos / tu poder
la lengua / tu lujuria
los tobillos / tus enredos
y el cerebro / tus recuerdos y razones

Y ya,
con el estomago lleno
y satisfechas mis ganas
me tumbaría junto a tu cadáver
a relamer de mis zarpas
los últimos restos de ti
mientras medito
si el nombre de esta maniobra
animal
debería llamarse
follarte
o simplemente
despedazarte
hasta acabar contigo.

Qué más da.
Ambas me producirían el mismo placer.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

martes, 10 de noviembre de 2009

TIERRA

Otra grieta se abre paso en lo que parecía suelo firme,
y pienso: "Otra más. Como si no hubiera ya bastantes".

En este secarral agrietado todavía atreve a asomar la cabeza un tallo
que guarda la esperanza de que alguien quiera atravesar semejante
llanura para detenerse y observar sus ganas de crecer
en el más inhóspito de los lugares.

Planeta Tierra, abarrotado de indiferentes y soledades.

lunes, 2 de noviembre de 2009

GRACIAS POR LA INVITACIÓN

Ahora que tengo un ayer
que me dis/gusta demasiado

Ahora que no tengo un él
que me empuje hacia delante
o hacia el fondo
hasta ahogarme

Ahora que el presente
es vacío y demasiado largo

Me dis/gusto en la penumbra
en mi propia sombra
en mi falta de oxigeno

Ahora que mi libertad
me resulta libertina
y mi tiempo libre
demasiado tiempo

Ahora que el futuro
esta en mis manos
y es tan yermo
como mis esperanzas

Ahora que he decidido que necesito
beber para atontar los tormentos

La copa se queda vacía demasiado rápido
Como las ilusiones
o las ganas
de salir a la calle y gritar
que Ahora mi vida es una mierda
Que muchas gracias por la invitación
pero que bien se la podrían haber metido
por donde la espalda pierde su casto nombre
O habérsela regalado a alguien que prefiera
vaciar copas en grata compañía
en bares lúgubres
con música demasiado alta
y canciones trilladas

Ahora que no me quedan más cojones
que mirar al frente
espero emborracharme tanto
que me caiga de bruces al suelo
y si es que consigo levantarme
no acordarme de este jodido Ahora
ni de vuestra invitación
a esta maravillosa vida
de comedias románticas
hipotecas inmortales
y responsabilidades a medio plazo

Ahora que ya os he dicho
lo que mi mente borracha
guardaba
disculpadme
no quiero parecer
una ingrata
asi que
Gracias,
Muchas Gracias.

viernes, 30 de octubre de 2009

PIEL MUERTA

Que sean tus manos o las de otro
ya me da igual
Que sus palabras sean de verdad
o sólo una artimaña
me da igual
Que no vayas a esperarme
a buscarme
a pensarme
supongo que empieza a darme igual

Mi piel moribunda
parece no resignarse a una lápida
con un bonito salmo
y me ha plantado cara
Me ha declarado la guerra
y se remueve entre recuerdos
y exige labios que la recorran
lenguas que la redibujen
dedos que la despierten
de este tonto e inútil letargo

Que más da si no son tus manos,
tu boca, tus suspiros.
Mis piernas siguen erguidas
y mis manos dispuestas a recibir
y dar todo lo que cada jirón
del que estoy formada
sea capaz de engullir
en cualquier noche de Madrid
o de cualquier otra ciudad,
en cualquier bar, callejón,
o carretera.

Ya me da igual que no seas tú
y estoy dispuesta a perder esta batalla.

miércoles, 28 de octubre de 2009

MIENTRAS TANTO

Creo que sólo sirvo para quererte
Aunque no lo sepas
Aunque yo no sepa decirlo
Y esto es un problema
porque no sé quién eres
Y no sé qué se supone que debo hacer
mientras tanto,
mientras tan poco...

Creo que sólo sirvo para quererte
pero como no estás,
o no existes,
me empeño en buscar
No a ti,
supongo que eso lo he dejado por un tiempo
(siempre resulta frustrante)
Busco otras cosas para las que pueda servir

Como...¿escribir?
o intentar canalizar toda esta rabia que
planea a sus anchas entre la faringe y la boca de mi estómago
o pintar, o hacer fotos, o tocar la guitarra..

Y al final es irónico
porque tampoco sirvo para nada de eso
y me resulta tan frustante
como buscarte o dejar de hacerlo

Creo que sólo sirvo para quererte
y probablemente tampoco sirva para eso
Pero ¿qué se supone que tengo que hacer
mientras tanto,
mientras tan poco?

viernes, 23 de octubre de 2009

EL REINO DE LAS PALABRAS AUSENTES

He llegado a un lugar en el que las palabras no bastan
En el que el juego ha terminado
y lo que viene después es una prórroga para matar el tiempo

He llegado a un lugar en el que Morfeo es dueño de los cuerpos
En el que nada nunca tuvo sentido
y sin embargo todo duele

He llegado a un lugar en el que los envoltorios han dejado de ser un reclamo
En el que las heridas te unen con sangre
y ya eres uno

He llegado a un lugar en el que las palabras son razones
y las razones no son motivos
(por mucho que os empeñéis en convencerme)

He llegado a un lugar sin rumbo ni retorno
En el que lo más valioso no es visible para los cobardes y anestesiados

He llegado a un lugar en el que siempre había estado
y le he visto guiñarme un ojo y desaparecer por la puerta de atrás
Sin mediar ni una sola palabra

Y he vuelto a entender que en este reino no hay palabras que valgan.

jueves, 22 de octubre de 2009

...

Vacío, vacío, vacío

Inerte, vacío, muerte

Inerte, muerte, nada, vacío

Vacío inerte

La Muerte…y La Nada

martes, 20 de octubre de 2009

BLACK BLOSSOM LOVE

No se me ocurre mejor amor que el que busca tu piel a las tres de la mañana
El de los cigarros compartidos y los desayunos de sábanas
El que llegó a hurtadillas y se alojo entre mis costillas

No se me ocurre mejor amor que el que quiere sin saberlo
y te espera expectante a los pies de la cama
El que reparte ilusiones y se contagia de tus penas

No hay mejor amor que el que se prostituye a cambio de amor
el que te arranca de cuajo las heridas
el que te desgarra por dentro
el que escuece, el que duele
el que calma, el que sosiega
el que te vuelve loco sin previo aviso
y a veces se desvanece mientras duermes.

http://www.musicstarx.com/seccion/jose-gonzalez/

lunes, 19 de octubre de 2009

Se me han pasado las ganas de querer-te
los minutos sólo son minutos
y los días algo que pasan, quiera o no

Me he olvidado de lo que deseaba
en el camino hacia nuevas ilusiones
que se antojan escurridizas

Las ausencias se me pegan al cuerpo
y mis piernas aguantan la sobrecarga
lamentándose, cada día, un poco menos

Y así mato el tiempo al que algunos llaman vida.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Más cosas que nunca te diré

Y creo que eres tú, y sé que no eres tú. O justo lo contrario.

jueves, 8 de octubre de 2009

CERRADO POR DERRIBO

Sé que tengo que empezar la mudanza. Llevo días retrasándolo. Es imposible saber por dónde empezar, pero todavía es más difícil continuar, porque no dejo de reencontrarme con mis recuerdos, con mis pérdidas, con mis ilusiones ya extinguidas, contigo y con la que fui yo. Porque soy incapaz de decidir si debo guardar esa entrada de cine, el suvenir de aquel viaje o el billete de avión de nuestro primer viaje solos; o si debo deshacerme de todo y empezar desde la casilla de salida sin demasiado equipaje. Porque me he encontrado tu carta. Tu adiós. Y también he encontrado su libro. Su complicidad ya muerta. No puedo evitar detenerme en cada detalle y sonreír mientras algo se me retuerce dentro del pecho. Tengo la sensación de que no sólo estoy mudándome de casa. Supongo que esto también es un intento de hacer mudanza dentro de mi corazón, de mi propia alma. De recomponerla, de intentar buscar nuevos rincones para llenar con otras historias, de descolgar el cartel "cerrado por derribo" y cambiarlo por uno que diga "cerrado por reformas", aunque sé que jamás recuperaré los trocitos de mí que os habéis llevado. Esos enormes trocitos sin los que a veces me parece imposible vivir. Me da tanto miedo. Tengo miedo de olvidar estas paredes o quizás de no poder olvidarlas, miedo de no encontrarme nunca más, miedo de no ser capaz de encontrarle sentido a todo esto. Pero mientras tanto los días van pasando implacables y el dolor, lejos de atenuarse, cada día me resulta más opresivo. Así que debo hacer algo. No tengo más remedio que intentarlo, aunque, sinceramente, ¡malditas las ganas!

viernes, 2 de octubre de 2009

NUESTRA TRISTE FRONTERA

Sé que no puedes evitarlo. Que por alguna razón necesitas volver a mí. Aunque sea tan sólo durante unos minutos para coger fuerzas y volver a volar. No tengas miedo. Eres libre. Puedes ir y venir siempre que quieras. Sin condiciones. Sin explicaciones. Pero no olvides que tu libertad termina donde empieza la mía, y algún día yo también necesitaré volar. Sin condiciones, ni explicaciones. Y comprobarás que duele. Duele que te vayas, duele que vuelvas, duele tu libertad, y me duele hasta la mía. Sé que no puedes evitar volver a echar a volar. Yo no puedo evitar acoger tu voz y despedirte con una media sonrisa, sin saber cuándo o si volverás, y si puedo con todo esto. Y con tus idas y venidas, y con mis recuerdos y mis casi olvidos hemos creado nuestro propio espacio, en el que, a veces peor y a veces mejor, vamos acomodándonos. Aquí, en esta triste frontera en la que resguardas tu vuelo y lo vuelves a alzar mientras yo bailo las notas de tus últimas palabras.

(Dreaming I’m dancing with you)

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Quizás estoy pidiendo demasiado


Sigue así.
Siendo distante, ausente, indiferente.
Siendo cruel.
Hasta que pueda odiarte.

jueves, 24 de septiembre de 2009

TREGUA

Estoy teniendo unos minutos de serenidad, paz y lucidez. Han venido como la ansiedad, de repente, sin avisar y sin un por qué. Es una agradable sorpresa que esta vez el invitado sea tan tranquilizador. Cuánto lo he echado de menos y cómo me gustaría que se alargara. No quiero marcharme a la cama para que no se acabe, para intentar exprimirlo al máximo, ya que en los últimos meses puedo contar con los dedos de una mano las veces que he tenido esta sensación. Intentaré grabarla en mi memoria para que cuando desaparezca me sienta capaz de recuperarla; para saber fehacientemente que es factible tener unos momentos de tregua en este incesante tronar de confusiones hirientes.
Quizás esta noche, por fin, las pesadillas no vengan a arroparme.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Principio vital, esencia interna y capacidad de movimiento propio

Ya sé que lo que se da no se quita, pero ¿te importaría devolverme el alma?
Se me está haciendo como imposible vivir sin ella.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

LA LUZ DE MI OMBLIGO

Si la luna se asomara por mis párpados y colgara sus rayos de mi ombligo, rompería la luz tenue de esta tarde de otoño, de esta larga estación que todavía no ha empezado y nunca me abandona. Si las sábanas se revolvieran por presencias y mis pies se descolgaran de mi cuerpo, dejaría de pisar el fondo de mi alma. Si mi piel se cayera a jirones por las tuberías que encarcelan mis sentidos no derramaría ni una sola gota de sangre más, ni una lágrima menos. Si la voz de mi pecho se atreviera a retar a mis pensamientos a un duelo a vida o muerte al amanecer, tu nombre dejaría de retumbar en mis tímpanos, y mis entrañas pintarían del color de la luz de la luna que cuelga de mi ombligo las paredes de mi estómago y me borraría en una exhalación y todo quedaría inundado de un halo blanco y rojo: puro, enfermizo, vivo, intenso, moribundo, leal, cegador, sincero.

EL PRINCIPIO DEL FIN DEL COMIENZO

Me gustaría empezar por el final.
Empezar con un "Y no fuimos felices ni comimos perdices". FIN.
Éste sería un gran comienzo. O por lo menos un comienzo.

lunes, 14 de septiembre de 2009

TEORÍA DEL PENSAMIENTO NEGATIVO

Alguien me dijo que debo ser consciente de que esta forma de ver las cosas no me ayuda nada. Que no voy a conseguir estar bien si pienso continuamente cosas como: soy incapaz de avanzar, de decidir, de olvidarte, de perderte, de dejar de sentirme mal, de tener ganas, de sentir culpabilidad, de encontrar el camino. Que debo cambiar mi teoría y aplicar la del pensamiento positivo. Sustituir mi discurso por: podré avanzar y te olvidaré, y no pasará nada por haberte perdido. Dejaré de sentirme mal y tendré ganas. Ya no me sentiré culpable por desperdiciar mi vida y en algún momento encontraré el camino. Y aunque es ir un poco a contracorriente de mi naturaleza, vale, me has convencido, lo voy a intentar.

Ahora convence a la boca de mi estómago.

jueves, 27 de agosto de 2009

EFÍMERA ALMA ROTA

Tan efímera como el beso que se alojó en la boca de mi estómago. Como los helados de caramelo y canela. Como el vapor del té en invierno. Como la luz de aquel atardecer. Efímera como las buenas noticias. Como los cuatro años de promesas, como los dos meses de piel y secretos. Tan efímera como los pasos que me llevaban a tu portal. Como las miradas que todavía me dejo en él. Efímera como las terrazas de verano, los copos de nieve en la mano, las huellas en la orilla del mar, los besos de despedida, las caricias debajo de las sábanas, la canción de aquel momento, el sonido de la puerta cuando te fuiste, como las noches de risas, como el puzle de tu cuerpo en mis manos. Efímera como los recuerdos, como el hueco de tu sofá, tus abrazos, mis ganas, como la nostalgia, como el primer te quiero, como el último adiós. Tan efímera como la brisa que me llena de fuerzas y las nubes que me cierran los poros. Efímera como los segundos que estuviste en mi vida, como los que dura tu ausencia. Como lo que fui, como lo que me no dio tiempo a ser. Soy tan efímera como lo que quieres, como lo que has olvidado, como los besos que guardaba para ti, como todos los que sí te di. Efímera como mis sueños, como mis esperanzas, como aquella última mirada que duró un segundo, que es lo que dura mi efímera alma rota y recompuesta, agrietada y reinventada, siempre libre, siempre tuya. Siempre efímera.

miércoles, 26 de agosto de 2009

CUENTO DE TRES ALMAS y UNAS CUANTAS RANAS

Que en malas sendas nos hemos cruzado
y siempre encontramos el eco de una risa que nos lleva hasta algún atajo.
Que en la busqueda de nuestros pasos somos luciérnagas-soldado
rasgando maleza y tinieblas para seguir avanzando.
Que los malos humos nos los hemos tragado
y hemos hecho puertas y ventanas con nuestros huesos resquebrajados.
Que cuentos de niñas elefante, osos panda y otras tonterías os pienso seguir contando.
Que entre abrazos, sonrisas y vino vuestro interior con vistas al mar quiero seguir observando.

Porque de piedras pegadas al zapato, principes convertidos en rana y fuegos mal apagados ya sabemos demasiado, termino mi cuento de tres almas y unas cuantas ranas deseando...
...Que en los atardeceres de Estambul nos esté esperando un poquito de la magia que ya hemos olvidado.

martes, 25 de agosto de 2009

NO LLORO POR TI

Corazón de alambre
Estela de la más bella canción olvidada
Reguero de cadáveres de ilusiones
de pasos inutiles y recuerdos mal heridos
Visión efimera de algodón
Bajo el sol estatua solitaria de hierro
que en el norte encontró su destino

No lloro por ti
lloro por mis ganas
por mis besos
por mis manos
por mi piel
que han perdido su sentido

No lloro por ti
lloro porque no sé dónde guardar todo eso que soy yo
Eso que no quisiste y sigue siendo sólo mío.

domingo, 23 de agosto de 2009

LUPAMAR


Quiero volver a ser tu puta. Pero esta vez quiero ser la puta de tus debilidades.
Quiero que me desayunes y nada más terminar ya pienses en la comida y en la cena. Quiero ser la dueña de tus insomnios y de tus horas más intensas. La culpable de tus ayunos en mi ausencia. El sabor agridulce del último bocado. El recuerdo que sacude tu cabeza y te remueve las ganas. Quiero ser la que te duela, la que veneras.
Quiero ser Ella.
Ella, la puta que te desvela hasta que sale el sol y después se va. La puta que adoras y sólo lo confiesas cuando estás borracho. La puta que irrumpe en tu mente y te quema la piel. La puta que ya no esperabas. La puta que se ha llevado dentro tu alma.
Quiero volver a ser tu puta. Pero esta vez quiero ser tu puta preferida.
La única puta. La puta por excelencia.
La puta de tus sueños.
La puta de tus ojos.

sábado, 22 de agosto de 2009

CUANDO DESAPAREZCA


Un día desapareceré de tu mundo y sospecho que tardarás en darte cuenta.
Cuando lo hagas puede que te sorprenda no haberte percatado antes.

Yo sólo espero no enterarme nunca, porque sólo la idea duele a morir.


miércoles, 19 de agosto de 2009

SUSPIRO

Me paré y susurré mis pesares; cerré los párpados, y con ellos las ganas. Suspiré y la ansiedad se coló entre mis sueños, entre mis recuerdos. Y pensé "ya no tengo nada desde que se borraron los pasos, y las direcciones, y los días de sol, y de tormenta". Me paro, suspiro y pienso que avanzo paralizada en este punto sin retorno ni rumbo.

Suspiro y se me vacía el alma

Suspiro y me asfixio

Suspiro y sigo en el mismo sitio

martes, 18 de agosto de 2009

C'ést la vie

Siempre me quedo sin palabras, sin argumentos, y con un puñado de mí misma que me encantaría regalarte. No está bien no aceptar los regalos, pero tampoco está bien querer a quien no te quiere.
Como se suele decir: C'est la vie!

lunes, 17 de agosto de 2009

NO SÉ (Otra Canción)

Se ha parado el reloj; mi libro se ha quedado sin palabras.
En medio del desastre no queda un atisbo de luz, sólo un puñado de añoranzas.
Tengo escarcha en la piel y nubes en las pestañas.
Los pies pegados a la escalera de tu casa desde que aquella tonta tormenta de verano me dejó las alas mojadas.
La rabia y la desidia se disputan las madrugadas de estas sábanas intactas en las que derramo vino cuando brindo por la soledad con tu copa abandonada.

No sé escapar, no sé arrasar, no sé negociar con la realidad.
No sé avanzar, no sé no dudar, no sé dejar de esperar.

Dormida en el baño de cualquier bar de barrio con las ganas rasgadas, herida de muerte, llena de patrañas, de prejuicios, de ansiedades, vacía de esperanzas.
Cómo sigue el cuento después de la palabra Fin, después de perder el alma que dibujé en la arena de una playa olvidada.
El último gritó se me ahogó intentado que te quedaras. Yo que siempre supe qué decir enmudecí cuando me cortaron las alas.

No sé parar, no sé escuchar, no sé decirte basta ya.
No sé descansar, no sé olvidar, no sé evitar mezclar sueños con verdad.

Llevo tanto tiempo buscándote que me he perdido entre las calles de esta ingrata ciudad.
Paseo entre las sombras de lo que fui y me da igual que sea de día o de noche, que ya no piense en mañana, que no me quieras más.

Voy a saltar. Voy a dormir. Voy a soñarte si no estas.
Voy a gritar. Voy a callar. Voy a perderte sin dudar.
Voy a escribir. Voy a cantar. Voy a decirte la verdad.

No sé continuar...

jueves, 13 de agosto de 2009

QUÉDATE

Jamás te habría pedido que te quedaras, aunque mis ojos te lo estuvieran pidiendo a gritos.
(Aunque mis latidos lo siguen esperando).

miércoles, 12 de agosto de 2009

martes, 11 de agosto de 2009

Me gustaría...

...que después de arrebatar otros gemidos sólo recuerdes los míos. Que tu cama guarde mi sal bajo la almohada. Que tu sed sólo se calme durante esos segundos que duran los orgasmos, y todo se desvanezca cuando vuelvas a poner tus pies sobre el suelo. Que te mueras un poco por dentro cuando su olor no lleve mi nombre ni mis lunares. Que sus respiraciones te ensordezcan los oídos, y su piel no esté imantada a la tuya. Que su nariz no encuentre ese hueco entre tu cuello y tu oreja. Que te de igual cerrar los párpados a las cuatro de la mañana, y que ese trocito izquierdo de tu sofá te devuelva mi silueta retorciéndose para cobijarte entre mis piernas. Y entonces te canses de llenar vacíos con sudor y placeres que duran más o menos segundos, y te des cuenta de que te falta mi cabeza mirándote fijamente apoyada justo donde terminan tus costillas.

GRAVITY


Desde aquí abajo me siento tan pequeña
que me parece imposible alcanzarte

jueves, 6 de agosto de 2009

MI BIG BAN

Si fuera lo suficientemente valiente me plantaría delante de ti y desde las entrañas rescataría todas las emociones que desde el principio he apresado dentro mí, y con la mirada llena de rabia haría explotar la más incoherente declaración de amor.
Después, simplemente, me haría añicos y desaparecería.

Pero yo nunca fui valiente para estas cosas.

VISIÓN ESTEREOSCÓPICA DE UN RECUERDO

Tu lengua desala mi piel poro a poro deteniéndose en los lunares, en las ingles, en las clavículas, en las muñecas. Mis manos recorren tu espalda, desde la cintura hasta la nuca, bordean tu cuello y descienden por tu garganta, por tu tórax, por el desfiladero de tus costillas y descubren que se te eriza la piel a su paso, y sigen bajando, despacio, siguiendo el reguero de piel erizada y sudor que se mezcla con la yema de mis dedos, que se deslizan por tu pelvis hasta que te encuentran, y nos miramos, y exhalamos un suspiro cuando me cuelgo de tu cintura. Tu pecho acompaña el subir y bajar de mi pecho que acompasa tu balanceo a contratiempo de mis caderas. Te araño la piel, aspiro el olor de tu cuello y saboreo tus hombros impregnados de escalofríos que trepan desde tus piernas. Bailamos las respiraciones entrecortadas, mecemos susurros estremecedores. Intercambiamos alientos y alguna palabra jadeante, y mi nombre, y tu nombre. Y nos respiramos cada vez más cerca, y más cerca, y más rápido, mucho más rápido, y de repente ralentizamos el ritmo para compartir el relámpago que nace desde nuestro punto de unión y nos recorre la columna y las tripas hasta que nos arranca el calor y convierte el sudor en una fina capa de escarcha que nos suelda la piel, y acabamos fundiéndonos en saliva hasta agotar el poco oxígeno que nos queda en la boca del estómago.

domingo, 2 de agosto de 2009

UN ACTO SUICIDA

Hace algo más de un año que escribo mi vida en minúsculas. No sé si hasta entonces era una Mitad o el Doble, porque siempre eramos dos, o si ahora sólo soy Una, porque ya no estás, o la Mitad de lo que podría ser (si es que alguna vez vuelvo a encontrarte/me); la cuestión es que no acabo de acomodarme. Inercia. Este impulso tonto y no premeditado es lo que me lleva a poner un pie delante del otro desde que levanto hasta que me acuesto. Y sinceramente empieza a aburrirme, incluso a marearme. Y no es precisamente por la velocidad, sino por el vértigo que me provoca verme cada vez desde más lejos, más fuera de mí misma, de la idea que tenía de mí misma. Hace tanto tiempo, tanto, que no tomo decisiones que no sé si soy capaz de llevarlas a cabo. Tengo la sensación de que espero despertarme mañana y que mi decisión ya sea efectiva. Quizás es que este último año es la consecuencia de las decisiones que han tomado algunas personas que tengo (o tuve) a mi alrededor, y ya me haya acostumbrado a vivir en este cuento en el que parece que yo no pinto nada.
Sea como sea, lo cierto es que he llegado a uno de esos cruces enormes de cuatro carriles en cada sentido sin delimitar, y con un viejo semáforo colgando de la nada que se tambalea tanto con el viento que hace que no tengas ni la menor idea de si está indicando que puedes pasar tú o el que viene en dirección contraria.
Llegados a este punto tal vez lo mejor sea cerrar los ojos y avanzar sin miedo, corriendo el riesgo de estar simplemente cometiendo un acto suicida.

domingo, 26 de julio de 2009

UNA CANCIÓN

Tengo los nudillos en carne viva de llamar a tu puerta, la piel la dejé debajo de tu felpudo por si querías que volviera. Tengo las uñas rotas de trepar soledades y los ojos apagados de intentar volver a verte. La lucidez me traiciona y te imagino respirando otros labios y fundiendo con saliva otro cuello. No me digas que te acuerdas de mí que soy idiota y te creo y me planto a tus pies con aire digno y firme, pero hecha añicos por dentro, repitiendome tonta de mí porque sé que me iré con sólo unas migajas en las manos y lágrimas en la cartera. Venderé mi alma a cualquier mentira que me permita llegar a mañana y sobrevivirte una noche más. Y cuando amanezca ya sin alma me dispararé justo en la sien con las verdades que han inundado mi baño y empañan los cristales que no me dejan adivinar qué hay al otro lado. Aunque sinceramente pienso que me importa una mierda lo que haya ahí fuera, si mi cama sigue vacía. Me arderan los nudillos cuando saque las migajas de los bolsillos para aferrarme a cualquier tontería y no tener que trepar más sombras que ya son tan grandes que no me distingo bajo el sol de las tres de la tarde. Me vuelven a cegar tus pocas palabras, más que toda la luz del soleado mes de julio. Escalaré hasta la azotea para ver si te diviso entre los tejados de esta ciudad inmesa que hace imposible que me cruce contigo en cualquier esquina. No me cuentes más milongas me repito de vuelta a estas sábanas sucias y revueltas que huelen a sal y maldades, las más crueles que yo misma clavo en mis heridas todavía abiertas. Cargaré el tambor y dispararé una vez más, me da igual si con verdades o mentiras, pero directo a la sien y esta canción acabará con un telón rojo, tan vivo como la sangre de mis nudillos.

sábado, 25 de julio de 2009

Te propongo un plan

Yo cierro los ojos y me duermo. Me duermo unas horas, unos días, unos meses y desaparezco. Y tú respiras, y luego te asfixias, y empiezas a recordarme y a echarme de menos y me buscas, y me encuentras, y me despiertas...
Y TODO HA SIDO UN SUEÑO.

ÚLTIMAMENTE

No me importa que el viento ya no me haga sentir más ligera, o que el sol no me llene de energía. No me importan los rincones revueltos y las cosas a medio hacer. Que no sea capaz de decirte qué pienso, que ni siquiera sepa qué quiero. Que no sepa cómo contar mis pasos sin repetir constantemente las palabras cansancio y soldedad. Que desastre sea una descripción perfecta, y que aburrimiento ya no sea un desconocido. Que me de igual que sea lunes o domingo, y que me alegre que llueva porque me siento comprendida cuando el día también está gris. Que no sienta nada cuando te tengo delante y me angustie que no estés. Que creo que sólo te he inventado, y que estoy harta de esperar. Que te busco mientras digo que uno no busca, uno encuentra, y que sólo encuentre la mitad de mi reflejo cada mañana. Que tenga la garganta llena de ruidos y las manos vacías. Que le olvide y te recuerde, y te olvide y le recuerde, y ya no sepa qué debo recodar y qué debo olvidar, y al final acabe olvidándome de mí misma.

Da igual cuánto revuelva las sábanas...

...nunca te volveré a encontrar en ellas. No importa las paredes que levante a mi alrededor, siempre encuentras un resquicio para colarte y dejarme las entrañas rasgadas. Que más da cuánto desee cerrar los ojos y que todo desaparezca, que yo misma desaparezca, siempre me reencuentro en el reflejo del espejo de mi habitación. Que más da cuánto me hiere que a ti no te importe que me duela la piel y que me atemoricen las sombras gigantes que han enguyido mi propia silueta, sigo esperando esas palabras.
Da igual los mares que te dedique y los deseos que pululan mis mañanas, mis sonrisas, sinceras o fingidas, siempre acaban conviértiendose en una grieta que me parte en dos. No importa cuánto anhelo que vuelvas a alojar mis recovecos y me devuelvas los sentidos, sigo inherte, estéril y aséptica. Qué más da que me pesen las ganas, las cajas que se apilan en mi terraza, las bolas de polvo que se pasean por mi pasillo, la nevera vacía y las lágrimas cansadas de contenerse, mañana seguiré sin encontrarte entre mis sábanas.

...

Silencios y vacío
Tormentas, ecos y un mar
Navego pero nunca llego a tu orilla
Y me pierdo

Más vacío
Más silencios
y mares más grandes
lejanos a cualquier orilla

martes, 21 de julio de 2009

INTERMINABLE

Me aburre despertar sin respiraciones a mi lado, y saber que hoy de nuevo pondré la música tan alta como para no escuchar mis pesarosas ideas. Me aburre pasar el día pegada al teléfono hablando de cosas que no me importan lo más mínimo, y salir de trabajar cuando ya casi ha anochecido. Me aburre descubrir que dejo pasar las horas sin esperar que ocurra algo que haga que el día de hoy sea especial y lo distinga de los últimos 2oo días. De que la tele sólo sea el eco que retumba en mi cansancio, y el ordenador el canasto de la ropa sucia de mis verdades. Me aburre leerme y no saber qué contarte. No saber por dónde empezar y no saber cómo acabará todo esto. Me aburre pensar tanto y lo mismo, e intentar no pensar sin éxito. Me aburre no usar mis ilusiones, no aprovechar mis ganas, y no poder remediar que se adormezcan mis sentidos. Me aburren las noches y los días, de lunes a viernes, y empiezan a aburrirme también los sábados y los domingos. Me aburren los planes que dejo de hacer y no hacer los que creo que me apetecía hacer. Me aburre escucharme lamentándome por estar tan cansada, y por no tener tiempo para hacer cosas tan tontas como pintarme las uñas de los pies o ponerme una mascarilla relajante. Me aburre lo que me cuentas, lo que me pides y y saber que sabes que lo haré. Me aburre morderme la lengua cuando lo que quiero es gritarte que me aburres con tu repetitivo discurso. Me aburre saber que os importo tan poco como vosotros a mí, y aún así que todo esté bien. Me aburren las sábanas revueltas por séptimo día consecutivo, los platos sucios en la pila otra noche y la ropa ya limpia y seca que seguirá colgada unos cuantos días más. Me aburren estos días eternos que siempre son el mismo, las mentiras piadosas con las que me acuno hasta conciliar el sueño, y la ausencia de tus dedos subiendo por mis muslos. Me aburre el bochorno insoportable de julio en madrid, y el puto aire acondicionado a 15º que no soportaríamos en invierno. Me aburren sus gritos y tus silencios, mis oidos sordos a sus voces y ante tu indiferencia. Me aburre que no estes aquí y no poder contarte que me aburro para que me propongas el plan perfecto que acabe con este día interminable. Plan que empieza por respirarme en la nuca mientras te revuelvo el pelo, que pasa por saborearte las pecas y arañarte la espalda, y que termina clavándonos las pupilas mientras se derrama el sentido de cada minuto.

miércoles, 15 de julio de 2009

TUS TORMENTAS

Hoy ha atronado en tu habitación y el eco te ha recordado mi nombre. Los efluvios de la tormenta han llegado hasta mis pies y se han colado por las alcantarillas de mis debilidades. He secado tus lágrimas y mecido tus flaquezas. Te has nutrido de la sal de mis palabras para fortificar tus raíces que siempre acaban rompiendo el parquet de mi estómago.
Con los cimientos desgarrados y las manos agrietadas por tu llanto me tumbo al sol de julio para reparar los daños. Me convezo de que soy fuerte para reponerme, pero para conseguirlo, mejor no pienso en tu próxima tormenta.

martes, 14 de julio de 2009

SUMAS Y RESTAS

Ya casi no recuerdo el sonido de tus pisadas en el pasillo, aunque tus zapatos sigan debajo de mi cama. Me cuesta recordar tu olor en la almohada, aunque jamás olvidaré como te encontraba al hundir mi nariz en tu sudadera azul, que todavía sigue en mi armario y que ha sido conquistada por el olor a mango y manzana del ambientador. Si le dedico unos segundos todavía puedo revivir la sensación de respirar profundamente y difuminar mis iras al saber que estabas al otro lado del teléfono, y la de que nada era importante cuando sabía que con sólo mover mi mano unos centímetros podía rozarte.

Hoy me cuesta creer que alguna vez estas paredes fueron nuestras, y a veces me cuesta aún más creer que no cruzarás la puerta de un momento a otro. Tú nombre todavía es algo mío, y tu camino hoy es sólo tuyo.

Hemos olvidado las promesas, y las frases tontas de las que nos reíamos al suponer que podríamos llamar con nombres absurdos pero absolutamente nuestros a otras personas. Hemos dejado que los días pasen mientras encajamos nuestra decisión en esto que es nuestro nuevo presente.

Tu vida ya es sólo tuya. Y la mía...no sé muy bien de quién.

sábado, 11 de julio de 2009

AZUL OSCURO

Te miro azul intenso esperando que leas mis pensamientos, aquellos que dejé en tu sofá y que parecen haberse perdido entre los cojines. Me miras oscuro y desgarrador preguntándome qué pienso, y te miento, te miento de nuevo; me invento cualquier argumento sobre la vida mientras pienso que tienes las respuestas en tu salón desde la primera noche en vela.

Me acaricias como si tus manos no ardieran sobre mi piel. Te rozo disimuladamente como si no me temblara el pulso al descubrir los grados de tu brazo.

Me susurras un "gracias", y un "hasta luego", y un "nos vemos entonces la semana que viene?"

[Si yo sólo quiero quedarme sentada en este lado del coche y que me lleves a tu casa, que revolvamos los cojines de tu sofá, y descubras lo que estaba pensando desde el primer latido entres tus piernas; que nos perdamos entre las sabanas de tu cama infinita y nos clavemos miradas azules oscuras frágiles y desgarradoras, que nos quememos la piel y congelemos las entrañas]

Pero en vez de esto sólo te diré "de nada", y "hasta luego", y "ya veré si puedo la semana que viene", y me alejaré imaginándote descubriendo todo lo que dejé entre los huecos de tu sofá; volviendo a la puerta de mi casa para buscarme y mirarme oscuro y desgarrador a mi azul intenso mientras me dices "yo estaba pensando lo mismo".

BRINDIS

Te invito si tú quieres a otra copa de vino y a volver a prácticar la sinceridad que siempre nos concedimos. Vamos a hablar a media luz, en este sofá sólo hay hueco para verdades, olvídate de miedos e intenciones. Vamos a beber por cada pregunta que guardo sin repuesta. Lo sé, sé que algunas ya te las he hecho antes. Me arriesgaré a que sigan sin respuesta, o peor aún, me arriesgo a que digas algo. Para entonces espero haberme bebido hasta el último sorbo y que anestesiada por el vino no me hagan tanto daño. Mañana amaneceré dolorida y magullada, pero ya no tendré preguntas sin respuesta a las que aferrarme en los malos ratos.
Así que abro mi botella de vino, alzo la copa y doy mi primer trago:

por qué quisimos saborearnos las muñecas
y compartir los insomnios de madrugadas demasiado cortas
por qué nos descubrimos sin reservas
y nos enredabamos con piel, huesos y sudor
cada noche, cada tarde, cada mañana sin remedio

por qué decidiste dibujar otros muslos
y yo inventarme que ya no te recordaba
por qué creiste que fín era una buena palabra
y yo que adiós era hasta luego

por qué todavía necesitamos respirarnos al oído
y rozarnos la piel
por qué nos seguimos clavando la mirada
intentando adivinar los silencios
por qué hoy nos despedimos hablando bajito
y nos buscamos los días nublados.

por qué me sigues encontrando
por qué todavía te adivino
por qué ya no esperas nada de mí
Por qué aún así le busco sentido
por qué no me dices qué hago yo aquí,
y por qué tú tampoco te has ido.

(Estoy borracha y abatida esperando sólo un abrazo que responda todas mis preguntas, pero es tu turno y no sé si podré soportalo. Voy a por otra botella de vino ya sea para brindar por los dos, o para ahogarme en el desamparo).

jueves, 9 de julio de 2009

ESCLAVITUD

A tientas, atada de pies y corazón,
me siento esclava de sus "debes",
de tus "quieres?",
y de mis ganas.

Esclavitud (RAE):
1. f. Estado de esclavo.
2. f. Sujeción rigurosa y fuerte a las pasiones y afectos del alma.
3. f. Sujeción excesiva por la cual se ve sometida una persona a otra, o a un trabajo u obligación.
4. f. Hermandad o congregación en que se alistan y concurren varias personas a ejercitarse en ciertos actos de devoción.

martes, 7 de julio de 2009

Soy...

...demasiado reflexiva para el que no quiere pensar,
demasiado alocada para quien no se deja llevar.
Inútilemente coherente para quien sólo usa la piel
y más que muy incongruente para el que mide antes de hacer.
Soy activa para los lectores empedernidos,
una estatua para el que no encuentra nunca su camino.
Soy el recuerdo evaporado de la lluvia de verano,
las caricias ausentes que traspasan la mente.
Los besos robados en el portal,
la que no calla cuando no quieres hablar.
Soy el punto final seguido de mil palabras,
la que nunca se quiere ir
y te busca hasta debajo de su almohada.
Soy sentimientos razonados emocionalmente controlados,
la que te abraza mientras duda si te quiere,
la que te adora cuando me hieres.
Soy tormentas sobre el mar,
y arena de un desierto para asfaltar.
Soy la nada que me traga.
La que desearía morir siendo aspirada.
La que te regala la piel, la que conserva tu olor,
la que no olvida tus palabras,
la que colecciona miradas.
Soy temerariamente responsable,
la que sucumbe a los detalles.
Me apago ante cada estrella,
y despierto las noches de luna llena
La que no deja de soñar,
la que esta harta de imaginar.
Soy volcán dormido por tus ayeres desvanecidos.
La que no te olvida,
la que te llora,
la que todavía te siente
la que siempre te añora.

viernes, 3 de julio de 2009

MECIENDO NOTAS DEL DÍA

El viento me revuelve el pelo y las ideas que se adormecieron a 34º en la sombra.

Me balanceo inquieta buscando relajar mi paseo sin rumbo, y me detengo cuando tiembla el suelo esperando escuchar algo. Aunque esto no tenga sentido.

La oscuridad me visita con don cansacio y doña claridad peleandose por traer el mejor vino, terapia de conversaciones inconexas y resabidas, siempre confusamente liberadoras.

Las notas se entrelazan para alojarse en mis tímpanos y observar cada latido que replica apasionadamente a la piel, las entrañas y las razones expuestas a estas horas del día ya casi terminado.

Se me seca la garganta y se me hincha el estomago. Al norte el desierto, en el centro el oceáno, y al sur la posibilidad de cambiar el itinerario.

Sólo es una noche cualquiera de verano, un viernes de julio sentada en mi mecedora columpiándome entre ideas, sensaciones y unos cuantos acordes que siempre habitan mis días.

MUJER DE ROJO SOBRE FONDO NEGRO

Son las cuatro de la tarde y estoy borracha, ebria, perjudicada, o cualquier otro sinónimo que pueda definir mi decisión y consecuencia de estrenar mis copas de vino (igual debería señalar que todavía no he comido, y esto también influye).

Tengo una sensación rara. Es una mezcla de confort y patetismo. Algo parecido a lo que siempre me ha evocado el cuadro que cuelga en una de las paredes de mi salón, en el que se dibuja una mujer vestida de rojo sobre fondo negro, sola frente a un vaso y una botella. A juzgar por su expresión le pesa la vida, o quizás tan sólo la última conversación.

Mi copa de vino, mi ordenador, mi cuaderno, un cigarro y esta letra indefinida que choca con mi imagen de solidez, de ideas claras y paso firme.

Ésta soy yo.

jueves, 2 de julio de 2009

UN MARCIANO VERDE Y CON ANTENAS

Tengo la mala costumbre de creer que mañana por fin haré todo lo que he ido postergando cada día de esta semana. Tengo la mala costumbre de decir "esta noche te llamo" cuando sé que es más que probable que esta noche no te llame, y puede que mañana tampoco. De mirarme en el espejo todos los días esperando encontrar hoy, porque sí, eso que siempre he querido ver. De asegurarme cada mañana, cuando suena el despertador e intento incorporarme no siempre con éxito, que esta noche me iré antes a dormir. De prometerme que la próxima vez podré dejarme llevar, por lo menos un ratito, y creer que soy capaz de controlar mis pensamientos y sentimientos.
Tengo la mala costumbre de convencerme a mí misma de que a partir de mañana voy a mantener mi casa ordenada mientras lanzo los zapatos a cualquier rincón de la habitación y alzo montañas de ropa en mi butaca. La mala costumbre de tener 5 libros en la mesilla que leo desordenadamente, y luego nunca sé de qué libro era ese texto que pude sentir en mi propia piel (aunque me prometa que los voy a marcar, porque esto tampoco consigo hacerlo; mañana lo hago seguro).
La mala costumbre de dormirme con una sonrisa pensando en imposibles y de reconocerme/te en todas las canciones que me gustan (incluso en algunas que no me gustan), y que escucho incesantemente hasta agotarlas. De creer en el amor incondicional: ese que hoy sabe que es para siempre y que su honestidad le hace incapaz de prometerte mañana. De aferrarme a la esperanza de que un día, de repente, te des cuenta de que te has equivocado, o que me descubras de verdad (suponiendo que esto es bueno, claro), y decidas que quieres tenerme a tu lado.
Tengo la mala costumbre de pensar que igual la gente se toma la molestia de ver qué hay detrás de esta apariencia de fortalezas y seguridades, y de esforzarme por conocer un poco más a gente que sé que no valoran que quieras llegar a ellos, y aún así seguir desilusionándome cuando esto ocurre.
Tengo la mala costumbre de no dejar ni un sólo día de pensar en ti, aunque sea un segundo (que, sinceramente, siempre es más), y divagar durante horas entre ideas tontas y muy razonables para finalmente rendirme ante cualquier conclusión y marcharme otra vez tarde a la cama, leer (hoy toca el de relatos cortos de Roberto Bolaño ¿o ese lo leí ayer?), apagar la luz y encender la música para volver a reconocerme/te en esas canciones que tanto me gustan y que no dejo de escuchar incesantemente, mientras sonrío con mis imposibles pensando que que estas malas costumbres desaparezcan es tan improbable como que mañana un marciano verde y con antenas me traiga el desayuno a la cama.

domingo, 28 de junio de 2009

EPITAFIO

Darme, regalarme
Dormirme y descansar la mente
Quiero seguir dándome
(Y si me dejas, a ti)

Ausencias y abrazos vacíos
Eco de paredes huecas
Y tu recuerdo
Y mi sombra desdibujada

Después, volverme a dormir
Y no verte amanecer.

sábado, 27 de junio de 2009

TEORÍA DE MI AMOR (o ¿cómo se olvida algo que nunca tuvo lugar?)

Deberíamos habernos mirado hasta el amanecer y susurrarnos un no quiero estar en ningún otro lugar. O comer chocolate caliente mientras compartimos esa película tonta y romántica que nos da vergüenza reconocer que nos ha emocionado. Deberíamos habernos desgastado la piel y las respiraciones. Las ganas de compartir nuestro peor día, y el deseo de permanecer, sólo eso, diciéndonos todo, atravesando horas eternas de silencio. Deberíamos habernos prometido un mañana, o tan sólo la próxima hora, sin decirnos nada. Y apostar por las burbujas que se formaban en la punta de los dedos de los pies y se trasladaban por el torrente sanguíneo hasta las tripas, el pecho y los besos aspirados con alientos densos y profundos del presente más intenso.
Pero no nos prometimos nada. No apostamos nada. No nos detuvimos en los ahoras y viajamos a los mañanas llenos de temores, de pasados posibles, de sinsentidos ya sufridos, y situaciones comunes a otras manos, a otros oídos que ya nos habían escuchado.
Equivocados. Nos equivocamos. Porque el escalofrío de tus dedos, las películas a media luz, los abrazos cortados, y las palabras empañadas en vino y complicidades bien valían jugarse todo al ocho negro. O cualquier otro número y color, si eso nos daba la opción de compartir una sola hora más de batallas bajo las sábanas, y treguas en el sofá; de miradas de cerca y caricias deslizándose por el hilo telefónico hasta la epidermis de todos y cada uno de nuestros sentidos.
No fui capaz de que me recordaras. No soy capaz de que no me olvides. Y llevo tatuados nuestros minutos sin fin, estremecedores y relajantes, enormemente mínimos, frágiles e indestructibles.

Temo que tenga que recordarte mi nombre.

viernes, 26 de junio de 2009

¿HAY ALGUIEN AHÍ?

Uno siempre escribe con la esperanza de volcar parte de su Yo en cada palabra que dibuja. De enfrentarse precisamente a eso, y hacerlo real, hacerlo existir (porque algo que no ve la luz es no nato, y por lo tanto, nunca ha sido ni será). Pero uno también sueña con que haya alguien al otro lado que pueda y, sobre todo, quiera compartirlo y reconocerse en tus ayeres, en tu piel. Alguien a quien, por lo menos, le hayas aportado unos segundos de alguna vida, o un pequeño viaje a su propio ser.
No sé si podéis imaginar cuánto me gustaría descubrir una mañana (y más aún una noche) que alguien no sólo ha leído mis silencios y mis miedos, sino que los ha descuartizado y exprimido hasta encontrar unas gotas de su propia existencia. Gotas que evoquen un "me recuerda...", un "a mí me ocurrió...", o simplemente un "yo nunca...".
Este deseo podría ser egocentrismo, incluso vanidad, o sencillamente mis infinitas ganas de compartir mis fortalezas y debilidades.
Y aún a riesgo de pecar de ególatra y vanidosa, corriendo el riesgo de descubrir con ausencias que nada de esto ocurre, me muero por preguntar:
¿Hay alguien ahí?

(P.D. ¿Tiene sentido que siga aquí si no hay nadie al otro lado?)

PRESAGIO

Siempre te observo desde la oscuridad,
incluso cuando no estás.
Y te veo.
Te veo, te puedo oír, viviéndome en otra,
otra que ve lo que vi
y escucha lo que me dijiste a mí.

Vestida de negro te descubrí,
y vestida de negro, y sin saberlo, me despedí.
Vestida de negro estoy aquí,
observándote desde la oscuridad,
ahora que ya no estás.

O QUIZÁS NO

Si me hubieras prestado tus oídos, tan sólo unos segundos, quizás habría encontrado las palabras para que no te escaparas entre silencios. O quizás no.

Si me hubieras mirado más allá de mi frágil figura pisando firme, quizás habrías podido dejar de verme caminando en dirección opuesta a tus pasos. O quizás no.

Si me hubieras acariciado por debajo de la piel, quizás habría podido fundirte con mis sentidos y llevarme tu alma en un revuelo desde la tripas hasta el cerebro. O quizás no.

Si pudiera dejar de pensar qué fue lo que no hice, o hice, o no hiciste o no quisiste hacer, quizás podría dejar de visitarte entre podrías, habrías y quizás.

O quizás no.

jueves, 25 de junio de 2009

RASGUÑOS

Ya no puedo contar las cicatrices con los dedos de una mano,
ni curo mis heridas con unas pocas palabras.
Ya no escondo los arañazos
que se resienten en los días de lluvia.

Ya no me hieren tan fácilmente,
pero lo hacen de forma mucho más profunda.
Ya no olvido tan rápido;
tampoco recuerdo cada detalle.

Sigo abriéndome las heridas
para recordarme que he vivido.
Sigo lamiéndome los rasguños con mirada desconfiada
y cosiendo cada brecha con esperanzas.

BUENAS NOCHES

Hoy no te voy a decir buenas noches.
No sé si porque hago un esfuerzo para evitar la tentación,
o porque simplemente ya no me apetece.
Y ninguna de las dos opciones me parece buena.

miércoles, 24 de junio de 2009

TÚ, ASÍ.

Recuerdo cuando tenía que levantar la cabeza para buscarte.
Siempre te encontraba rápidamente, porque siempre estabas.
Me parecías tan grande, tan sólida, tan cosistente, y tan acogedora.
Nunca me escondí detrás de tus faldas, pero siempre me sentí arropada por ellas.
Nunca me dijiste afronta la vida tú sola, pero tus manos, tus ojos y tus palabras me alentaron hasta convencerme de que soy capaz de hacer cualquier cosa que me proponga.

Y hoy, que ya no tengo que levantar la cabeza para buscarte, y que sigo
encontrandote (porque siempre estás) en un sólo susurro que viaja a la velicidad de la luz estos casi 500 kilómetros, me sigues pareciendo tan grande, tan sólida, tan cosistente, y tan acogedora.

Hoy, gracias a ti, sé que soy capaz de hacer lo que me proponga,
y que si no me atrevo siempre me alentarás hasta convencerme
de que el miedo es parte del ser humano al igual que lo es el arrojo que siempre puedes encontrar para enfrentarte a ellos.

Mi muro de los lamentos, mi escudo contra las tormentas, mi espejo en el que se reflejan realidades y propósitos, el pilar por el que trepan mis principios y finales, la columna vertebral de mis raices y arraigos.
Siempre has callado más de lo que has dicho,
y has hecho mil veces más de lo que has dejado de hacer.
Siempre te has entregado sin descanso, sin pedir ni esperar algo a cambio.
Siempre has pensado que lo tuyo podía esperar, mientras nadie pensaba que tú pudieras esperar algo; y jamás te has quejado. Jamás te has lamentado. Y ni si quiera te has enorgullecido de ello, porque simplemente eres tú, así.
Tan grande, tan sólida, tan consiste y tan acogedora.

PUNTO FINAL

Que ganas tengo de que sólo seas un lejano recuerdo.
Que tenga que esforzarme por recordar tu nombre,
y sólo seas el motivo por el que me enorgullezca por haberte sobrevivido y superado.
Por haber trepado cada una de tus maldades.

Cómo me gustaría firmar mi despedida con un hasta nunca
y no tenerle miedo a esa palabra.
De subrayar mi última frase y zanjarlo con un gran punto final.

Pero el vértigo me lo impide y se desliza entre mis incertidumbres
Te grito por las esquinas con la esperanza de que el eco se vuelva con más fuerza
y me empuje hacia el avismo, hacia otros caminos,
sin pánico a encontrarme en el punto de partida.

Que ganas tengo de borrarte.
De reírme de tus torpezas, de tus malas artes.
Que ganas tengo de sentirme fuerte para decirte adiós;
no ha sido un placer conocerte,
aunque me hayas hecho más fuerte.

sábado, 20 de junio de 2009

MI SENCILLA DESPEDIDA

Hace ya un mes que estoy buscando las palabras para dedicarles una despedida. En tan sólo unos días se marcharon dos personas a las que he admirado, admiro y admiraré profundamente. Incluso llamarles personas me parece demasidado corriente para alguien que tiene el don de transcender a lo material, a lo cotidiano, y reinventar la piel y cada uno de sus sentidos, hasta llegar a hacerlos de todos los que hemos querido y sabido respirarlos.

Es curisos que hayan decidido apagarse en la estación en la que la vida se muestra con más ganas de renacer. Quizás han creído que ya era hora de brotar en otros campos.

Sea como sea, quiero decirles de esta forma tan sencilla: gracias y hasta siempre. Gracias por esta inmesidad con olor a hierba recién cortada, de color verde vibrante provocado por las necesarias tormentas de invierno.

Sé que estas palabras se quedan en nada. No son suficientes. Pero tampoco quería demorar más mi despedida, y creo que nunca encontraré las palabras merecidas.

Prometo (y estoy segura de que también lo harán todos los que hemos aprendido a vivir y sufrir con vosotros) que seguiré tumbándome en los campos verdes en los que ha germinado cada semilla que plantasteis.

NUBES EN LOS PÁRPADOS

Hoy me siento entre cansada y confusa. Quizás lo primero desemboca en lo segundo.

Es una mañana de sol y temperatura templada que irá enrojeciéndose en los próximos minutos. Supongo que los colores deben brillar a los ojos de los rayos. Digo supongo, porque desde los míos hoy parece un día nublado, en el que los colores se han atenuado y la temperatura, aunque es agradable, me huele a frías gotas de invierno. No, más bien de otoño. El otoño que va apagando los estallidos del estómago disimuladamente mientras sonreímos las fotos de este verano.

Si bien soy una persona que no suele mirar al futuro (porque no creo que exista), que me detengo en los momentos y los exprimo para hacerlos míos, no es raro que amanezca con nubes en los párpados. Me cuesta adivinar el camino. Así que me abandono a mis pies descalzos que casi siempre acaban en el sofá mirando los rincones y divagando entre las teclas. Suelo llegar a la conclusión de que es por el cansancio por lo que me da por pensar que quizás deba girar a la izquierda en el próximo cruce, que puede que no haya leído algún cartel de estos últimos kilómetros o si ya es demasiado tarde para volver a la estación y arriesgarme a tomar ese camino sin asfaltar que no he olvidado a estas alturas.

Sé que suspiro los inviernos por el calor y la luz de las mañanas de verano, y que los aspiro porque la lluvia no se convierta en hielo en las aceras en sombra. Que escondo 30º de serotonina para recuperar los inviernos que acompañan las tormentas que truenan en mi pasillo. Y sé que cuando se hayan evaporado los charcos de esta tormenta de verano, llegarán las nieblas del invierno, que esperaré que se coloreen hasta arder en las arenas blancas y también en las oscuras, que son mis preferidas.

lunes, 15 de junio de 2009

MI DISTANCIA

Mi distancia se mide en anhelos, en recuerdos, en ganas y rabietas. En todas las conversaciones que ya no tendremos. En cada mirada que no me dedicarás. En cada caricia que le regalas a otra. En cada pensamiento del que no soy protagonista.
Tu distancia se mide en otros futuros, en una simple amistad, en otras pieles, en otras sonrisas. En (con suerte) un segundo en el que recuerdes que alguien con mi nombre pudo compartir algún momento memorable entre tus madrugadas.

Mi distancia devasta los recuerdos que intento conservar como el elixir de la eterna juventud. La tuya te abre un camino de perfectas imperfecciones esperando a ser aspiradas. De libertades propias que coartarán las ajenas, porque siempre parece ser tuya la última palabra.

La distancia se mide en cada hoja que tu otoño hizo caer al suelo, y que yo he ido recogiendo con la esperanza de que me llevaran tras tus pasos. Con la esperanza de que un día te gires y me encuentres aquí de pie, con las manos llenas de hojas, de recuerdos, de ganas, de futuros, y anhelos. Y nos venguemos de esta distancia convirtiéndola en un tonto recuerdo.

jueves, 11 de junio de 2009

COSAS QUE OLVIDÉ LLEVARME

Perdí la piel en el roce de tus manos,
el sabor en el último beso largo, lento y entregado que no quise darte
y las miradas en aquel adiós que tus ojos me clavaron despiadadamente.
Olvidé tu olor en las sábanas de aquel atardecer,
y el silencio en las palabras que no quise escucharte.

Intento recordar que tengo que olvidarte
y sólo consigo olvidar que ya no quiero recordarte.
Procuro no soñarte ni despierta, ni dormida,
mientras sueño que ya no te recuerdo
y que nunca tuve que olvidarte.

Olvidé decirte que no sé si podré olvidarte
y recuerdo cada día que no debo decirte que no dejo de recordarte.
No podré decirte adiós hasta que no consiga recordarte
que me devuelvas la piel, el sabor, las miradas, los olores y el silencio
que cuando te fuiste olvidé llevarme.

martes, 9 de junio de 2009

RESPIRARTE

Rutina maldita,
que me aburres y alejas mi ayer añorado.
Que me absorbes y cortas las alas.
Rutina que no quiero si no respiro tu aire.

En las sábanas del olvido dejaste enredadas tus ganas
Y las mías aquí siguen, intactas, asomadas a la ventana
Preparadas para abrirla en cuanto pueda adivinarte
Y así dejarte pasar y volver a respirarte

Rutina sin noches de desvelo por el hormigueo que me traían tus manos
Sin días de recuerdos de la última madrugada que se volverán a cumplir mañana.

Mis ganas buscan tu olor en estas sábanas vacías que ya no pueden recordarte
Permanecen inmóviles, esperando que la primera luz les traíga otro escalofrío, uno de esos que sentía al despertarme al otro lado

Y cojo aire profundamente para aspirar e intentar tragarme esta rutina que no me deja respirarte.

lunes, 8 de junio de 2009

VETE GATO, VETE YA.

Me falta oxigeno. Da igual lo profundo que respire; me falta oxigeno. Da igual que intente no pensarlo; me sigue faltando oxigeno. Tengo un gato que me araña las tripas y las convierte en el ovillo con el que juega; ovillo que hace más grande o más pequeño a su antojo. Y yo solo quiero que se vaya.

No es la primera vez que tengo un gato en mis tripas. Han pasado varios: Unos se llamaban desamor, otros hastío, vacuidad, desmotivación...nunca supe claramente cuál de ellos era hasta que los puede ver alejándose, desde cierta distancia, ya a salvo. Este último (que todavía no tengo claro quién es) lleva mucho-demasiado- tiempo aquí dentro y empiezo a no poder soportarlo. Me revuelve tan fuerte las tripas que me encojo hasta hacerme pequeña. Me anuda de tal manera la boca del estómago que soy incapaz de derramar una sola lágrima. Este gato se ha adueñado de mis fortalezas y valentías. Ha hecho de ellas su tejado en el que juguetea durante el día y maúlla desgarradamente toda la noche hasta llevarse mi propio aliento. Y no consigo que se vaya.

Y a pesar del dolor que me provoca el llanto seco que quiebra mi garganta, voy a gritarte y a suplicar: Vete gato, vete ya. Encuentra tu camino, que yo no puedo continuar. No puedo soportar un desvelo más aterrorizada por esta asfixia que me hace sentir que voy a explotar. Explotar de dolor y agonía, de tristeza y confusión. Intoxicada por el veneno invisble que va devastando mi interior. Derrotada por la desazón y el hastío que se abre paso hasta la boca del estómago y me enmaraña la respiración, me pisotea las esperanzas y me empuja a la deseperación. Por favor, te lo pido uno vez más; te lo ruego, te lo suplico : vete gato, vete ya. Vete y devuélveme mi alegría, mis ganas de vivir, mi esperanza, mis fuerzas, el sentido que le encontraba a seguir. Te lo digo a ti, escuchame por favor, a ti agonía, a ti desamor, olvido, hastío, dolor o soledad…a ti, seas quien seas, te lo ruego: vete, que no puedo más.

viernes, 5 de junio de 2009

365 DÍAS Y 800 NOCHES

Trescientos sesenta y cinco días con sus noches (que a mí me han parecido unas ochocientas). Recuerdo excesivamente cercano aquel viernes en el que estábamos cenando, como cada viernes, en ese restaurante italiano. Se me ocurrió proponerte que me contaras qué era eso que te había hecho enmudecer hacía ya unos días. Qué era eso que provocaba tal silencio en ti, y entre los dos. No sabía muy bien cuál iba a ser la respuesta (siempre me había gustado eso de ti; nunca sabía qué era lo que rondaba tu cabeza). Desde luego era evidente que algo que había levantado semejante muro entre los dos en tan sólo unos días no podía ser bueno, pero te aseguro que no me esperaba esas seis palabras en forma de arma masiva que en un segundo asolaron todo lo que nos rodeaba: no-estoy-seguro-de-lo-nuestro. Y allí me quedé yo. Intacta. Inmóvil. Con mi copa de vino blanco en la mano, aparentemente invulnerables al impacto. No estoy muy segura pero creo que llegué a esbozar una sonrisa. Una de esas que son un acto reflejo y que esperan que a continuación venga un “era broma” para romper en carcajada. Pero esa carcajada nunca llegó. De repente todo había desaparecido a nuestro alrededor. Sólo quedábamos tú, yo y mi copa de vino (que era lo único a lo que se me ocurrió agarrarme).
Después vinieron noches de distancias y silencios, miradas que se evitaban, palabras que rozaban la diplomacia, y gestos confusos por una rutina en fase terminal. Y llegó el día en el que la onda expansiva irrumpió en nuestra casa y arrasó todo. Esta vez ya sólo quedaba yo. Yo y los cincuenta (mil) metros cuadrados de desolación, silencios y miedos. Yo y mis noches de insomnio en las que en cuanto conseguía convencer al sueño para que diera una tregua, la angustia decidía despertarme estrepitosamente para que buscara algo de oxigeno. Yo y las pesadillas que me visitaban incluso con los ojos abiertos. Yo y mis noches más lúgubres, más oscuras (juraría recordar que había algo de luz en cualquier otra noche de verano).
Y deje de verte, de reconocerte. Deje de oír el eco de tus promesas retumbando en cada esquina de la habitación. Y desapareciste. Supongo que yo también. Entonces comprendí que aquella bomba que había convertido todo en polvo, en nada, también nos había destruido a nosotros. Que aquella imagen en la que nos recuerdo sentados uno frente al otro (y mi copa de vino) en aquel restaurante era sólo la estela de lo que había estado justo ahí hasta un segundo antes de que todo saltara por los aires. Igual que cuando apagas la tele y durante unos segundos todavía puedes adivinar las siluetas de la última escena. Igual que el amputado sigue notado su miembro ausente teniendo delante de sus propios ojos la prueba de que ya no hay nada que pueda sentir precisamente ahí.

Hasta hoy. Un año más tarde hago un repaso de todo lo que nos ocurrió y todo lo que no nos ha ocurrido, y lo único (y mejor) que me viene a la cabeza es el PERDÓN. Vamos a perdonarnos, el uno al otro, y también a nosotros mismo.Yo te perdono que dudaras de mí, de ti y de lo nuestro. Te perdono que me dejaras sola, abandonada a la suerte de una soledad no elegida. Te perdono cada lágrima, cada noche de asfixia e insomnio. Cada segundo en el que me perdía en una inmensidad de sinsentidos. Perdóname tú a mí. Perdóname por dejar de quererte. Perdóname por dejar de reconocerte. Por no querer retomar el camino. Por convertir nuestro futuro en un sinsentido. Vamos a perdonarnos a nosotros mismos por haber fracasado. Por todos los errores que diluyeron el privilegio de compartir nuestros próximos avatares. Vamos a perdonarnos porque seremos capaces de amar a otro/a que no seremos ni tú ni yo. Vamos a perdonarnos para así poder mirarnos a los ojos y que simplemente se nos ocurra sonreír.

Trescientos sesenta y cinco días y ochocientas noches en las que he aprendido a olvidar(te) y a recordar(te), a que hay otras formas de querer y compartir, a perdonar(me) y ser perdonada. A que sufrir también es vivir. Trescientos sesenta y cinco días y ochocientas noches que, aunque de otra manera, no han podido evitar que todavía sigamos aquí.

martes, 2 de junio de 2009

OLVIDAR(TE)

Vale, creo que ya lo voy aceptando.
Que consiga encontrarle algo de sentido, de futuro, de continuidad a nuestra historia es tan improbable como que el café (a ser posible con un chorrito de baileys) deje de formarme un nudo en el estómago y me permita dormir más de cuatro horas seguidas sin encontrarte entre mis creaciones. Haciendo un repaso debo admitir que he pasado más horas pensándote que las que pasamos juntos en ese sofá hablando y entregándonos la piel. Así que creo que es normal que no le encuentre sentido a nada de nuestra historia.

Yo, que siempre he mirado por encima del hombro a los que daban la espalda a la lógica, a los que no la entendían o simplemente ignoraban que fuera útil para algo (sobre todo para estos casos). Tendré que enfrentarme a la absurda estampa de mirarme con desdén - probaré a hacerlo en el espejo de mi cuarto- por tener que reconocer que no tengo ni la menor idea de qué hacer con las cien toneladas de raciocinio que guardaba en mi despensa para la próxima vez que tuviera que olvidar(te).Quizás después de esta visión de mi misma, y ya con las orejas gachas, deba perderme un ratito en mi despensa para ver si encuentro algo que me diga qué hacer contigo, o mejor dicho, qué hacer conmigo.

En el estante de en medio, justo delante de los ojos, muy a mano, tengo sacos y sacos de recuerdos. Seguramente debería tirar algunos; por lo menos los que más duelen (si es que se puede escoger...). Pero siempre he sufrido de esa dolencia que hace que guardes todo lo que entra en una caja, y lo que no entra también, que ya le buscaré un huequito. En el estante superior al de los recuerdos tengo un par de botes repletos de orgullo. Pero no creo que me sirva. Nunca he sabido hacer buen uso de él (alguien sabe?). Todavía sufro las consecuencias (como se suele decir: para muestra, un botón) de mi última dosis de orgullo: Me humille cuando me dijo que se marchaba, y me reí cuando hubo un atisbo de un "te echo de menos". Ya lo he dicho: nunca he sabido hacer buen uso de mi orgullo. En la estantería más alta, esa que sólo alcanzo si echo mano de unas escaleras, tengo algunas latas de olvido. Olvido. Que contundente es esta palabra. Olvido. Cuántas dudas me surgen sólo con escucharla, con verla escrita. El olvido es un arma de doble filo que cierra heridas propias y abre otras ajenas. Y aunque me haya suplicado mil noches que te olvide, ahora, subida en estas escaleras frente a mi “solución” me acongojo, me rindo y confieso que no sé si quiero olvidarte (no lo puedo evitar, estoy mirando el primer estante: el de los recuerdos). ¿Cómo voy a querer olvidarte? Olvidar ese escalofrío que me trepaba una a una cada vertebra de la espina dorsal para explotar en forma de sacudida en mi nuca cada vez que susurrabas mi nombre en mi oído. El nudo que se formaba en mi estómago solo con la primera caricia y que se deshacía cuando te regalabas entre mis muslos. La ternura que conseguía que bajara la guardia y me doblegaba las entrañas, y hasta el más frío y oscuro de mis rincones, cuando sentado frente a mí, sin ninguna premeditación, te sincerabas sólo con una mirada. El sentido que recobraba mi piel cuando moldeabas mis curvas sólo con el calor de las yemas de tus dedos. La asfixia que se acumulaba en mi pecho cuando dejabas tus labios a una sola exhalación de mi boca y justo cuando no podía más me rozabas con tu aliento que sobre oxigenaba mi cerebro y me nublaba la vista, ensordecía mis oídos y aturdía mis pensamientos, para luego bajar de golpe al estómago y dejarme abatida, sin fuerzas, abandona a mi suerte, y ya lo único que podía hacer era sentirte.
¿Cómo voy a querer olvidarte?

Ya no quedan más estantes en los que buscar remedios caseros que puedan ser la solución a nuestra historia. Sobrecogida por revivir esos momentos me siento en la escalera que me hizo recordar por qué no quiero olvidar-te (obviando el orgullo, que a estas alturas es evidente que no es condimento para este menester). Si no me sirve la lógica, no sé cómo usar el orgullo, soy incapaz de deshacerme de los recuerdos (incluso de los que duelen, que últimamente vienen siendo Todos) y no estoy dispuesta a olvidarte...¿Por qué no dejamos más allá de estas puertas "lo que deberíamos hacer", enterramos al fondo de cualquier estante nuestro "porque yo lo valgo", y llenamos cada estante de toneladas de escalofríos por la espalda, de besos sólo rozados, de respiraciones que marean, de caricias que queman, de susurros que erizan la piel… de más momentos que recordar (y que ninguno mute en "para olvidar") los dos, juntos, encerrados en esta despensa?

P.d. ¿He dicho que ya lo iba aceptando? Bueno, esto sí me gustaría que lo olvidáramos.

lunes, 1 de junio de 2009

TAN CIERTO COMO BREVE

Me he perdido y ni siquiera me has buscado.
Me he muerto y ni siquiera me has llorado.
Cómo podía esperar otra cosa si cuando me tuviste delante,
incondicional, tuya y sincera, ni siquiera me viste.

LO QUE QUEDA EN MI CAJÓN

Esperando que fuera un hasta luego, nos dijimos un adiós.
Después de tantos años, el mundo ni se paró.
La distancia más lejana que puede tener el amor,
que duerme en la misma cama y ya no siente el calor.

La puerta seguía cerrada, a un lado tú y al otro yo,
y escondía los temores que no supimos compartir
ninguno de los dos.

Recibía las mañanas sola en esta habitación,
sin darme cuenta te buscaba en ese lado del colchón.
El silencio se hizo inmenso en esta casa para dos,
que juntos construimos y que sin más se derrumbó.

Ahora miro al pasado desde este mismo rincón,
y sigo durmiendo, ya sin buscarte
en el mismo lado que dormía antes de nuestro adiós.

No te niego que echo de menos cuando estaba en el salón
y esperaba a que llagaras
que bailáramos esa canción
con la que recorrimos cada metro de este escenario que presenció
todas las risas, conversaciones, besos y abrazos
que hoy guardo en un cajón.

Después de un año entero sobreviviendo a este dolor
decido abrirlo despacio presa de algún temor.
Me asomo con algo de miedo
para descubrir una sensación
que como siempre viene mezclada
añoranzas, recuerdos, peleas, abrazos y aquel adiós.

Sólo puedo estar agradecida de lo vivido
en este piso para dos
porque cada rincón son mil recuerdos
y todos son el mejor.
Lo mejor que puedo guardar de lo que fuimos tu y yo.

domingo, 24 de mayo de 2009

TU PERRO FIEL

¿Quién te ha dicho que estaba aquí? ¿Por qué pensabas que seguiría aquí? Lo sé. Lo malo no es que lo creyeras, lo malo es que sigo aquí. Es tu don, ese que te hace aparecer cuando estaba pensando en marcharme. Justo cuando empezaba a irme. Me temo que esta vez tampoco lo haré.

Es como si supieras que estás a punto de perderme, y recuperas la soga con la que una noche, sin que yo me diera cuenta, me ataste a cada esquina de tu cama. Esa soga que dejas holgada o corta, muy corta, según te convenga. Tonta de mí, que me quedo esperando a que tires y tires de ella para acercarme más a ti. Lo suficiente como para volver a mezclarme con tu olor.

A veces pienso que quizás no fuiste tú quien me ató. Quizás soy como uno de esos perros fieles que se acercan a su amo con la correa en la boca deseando que los aten, porque saben que así por lo menos podrán disfrutar de un paseo por el parque, o en mi caso, por tu cuerpo.

Uno de esos perros que pasean junto a su amo, felices, moviendo la cola, pero nunca más lejos de medio paso. Uno de esos que en cuanto les sueltan echan a correr, tal vez por inercia, y a tan sólo unos metros deciden mirar atrás para asegurarse de que no les han abandonado. Y al final siempre vuelven a sus pies, no vaya a ser que se olviden de él.

Como uno de esos perros fieles, yo tampoco quiero parques en los que correr, ni bancos en los que sentarme a robar unos rayos de sol. No sé disfrutar de la brisa, ni del sonido de los pájaros, si no te tengo a medio paso. Siempre te busco nerviosa a mi alrededor, temiendo que te hayas marchado. Escudriño la vista hasta que te localizo, y entonces acudo a ti con mi soga en las manos deseando que me vuelvas a atar, y a ser posible corto, muy corto. Lo suficiente como para volver a mezclarme con tu olor.

Pero como no me gusta ser el perro fiel de un dueño que yo misma he inventado, volveré a culparte a ti y a tu don. Ese que te hace aparecer justo cuando pretendía marcharme. Volveré a despreciar la crueldad que te hizo atarme una noche, sin que yo me diera cuenta, a cada esquina de tu cama. Esa crueldad con la que me abandonas o me recuperas según te convenga, porque sabes que seguiré aquí, siendo tu perro fiel. Deseando caminar a tus pies, no más lejos de medio paso.

sábado, 23 de mayo de 2009

ENTRE SUEÑOS Y RECUERDOS

Qué caprichosos son los recuerdos que tienden a distorsionar la realidad.
Como cuando yo creía que me mirabas sólo a mí. Cuando creía que sólo pensabas en mí.
Qué caprichosos son los deseos que siempre distorsionan la realidad.
Recuerdo con nostalgia esos momentos de la infancia en el que uno deseaba algo tanto que se ahogaba en llanto, y al final conseguía lo que quería.
Que fácil sería poder utilizar ahora esa táctica.
Tengo que confesar que lo he intentado.
He llorado tanto, con tantas ganas, con tantas fuerzas, que sólo he conseguido quedarme sin aire, y sin ti.
No podía creer que por mucho que lo deseara no fuera a ocurrir.
La infancia. Esa realidad ficticia, sobreprotegida, dulce, y que seguramente también distorsionamos entre recuerdos y deseos presentes.
Y como ni siquiera puedo controlar mis sueños, he decidido soñar despierta.
Y soñaré precisamente con lo que no debo, y con lo que, probablemente, me hace más daño.
Pero lo haré porque es mi única manera de vivirlo.
Porque a veces la realidad nos supera, y otras se nos queda corta.
En mis sueños, en mi recuerdo, puedo hacer y ser lo que quiera.
Incluso tenerte a mi lado, incluso ser feliz sin ti.

DISTINTOS E IMPOSIBLES

Que miedo da volver a tenerte delante. ¿Y si ya no nos conocemos? Puede haber desaparecido todo, o puede no haber desaparecido nada. No sé qué es peor. No sé qué temo más.
¿Te has parado un solo segundo a pensar todo esto? No, yo creo que no.
Tú sólo conoces una dirección, una carretera bien asfaltada, una recta sin imperfecciones, sin baches que evitar o temer. Ni siquiera los días nublados dejan lluvia sobre tu asfalto.
La mía, sin embargo, es un tirabuzón que intento planchar a golpe de tus palabras. Pero maldita la vida que se empeña en enredarla.
¿Y si consigo enredarte entre mis curvas? No, no lo creo. Ya lo intenté, pero sólo fue una pequeña parada para estirar las piernas.
El cielo ha descargado sobre mí tus tormentas y las mías.
No sufras, que ya lo hago yo por ti.

DESPUÉS DE LA PIEL

He intentado reinventarme,
buscar una razón para continuar.
Pero mi piel ya no te siente,
y no sé por dónde empezar.

Me conformaría con volver a sentirte
sólo un instante,
sólo una vez más.
pero ¿de qué me serviría si después
probablemente muera
y otra vez me tenga que reinventar?

No me conformo con recordarte,
tampoco con no poderte olvidar
pero ¿de qué me sirve rebelarme
si tu piel ya no está?

Después de la piel no queda nada,
y no me quiero engañar.
Aunque muera en ese mismo instante
quiero sentirte una vez más.

CUANDO NOS VOLVAMOS A ENCONTRAR

Cuando nos volvamos a encontrar
espero reconocerme en tus ojos,
espero poder abrazarte y en tu olor
revivir nuestro hogar.
Cada palabra, cada sonrisa vivida
será mi presente
cuando nos volvamos a encontrar.

ÉSTA ES PARA MÍ

Aunque a veces te odie
sabes que te cuidaré
Aunque a veces te quiera borrar
sabes que te reinventaré
Aunque siempre te tenga
a veces te querré perder
Aunque a veces te huya
sé que al final te encontraré

Y en el fondo es que te quiero tanto
que precisamente por eso te odiaré
Te quiero tanto que por odiarte
te perdonaré.

RECUERDOS QUE NO ME BASTAN

Me siento tan pequeña, tan pequeña e insignificante, tanto que no soy nada si no estás.
Pero soy. Soy tantas cosas que duele. Duele guardar tantas risas, tantos olores,
tantas caricias, tantas lágrimas, tanta angustia, tanto dolor.
Y no te das cuenta de que tú tampoco eres si no estoy. O eso quiero creer.
Sentir tu aliento en mi boca, tu respiración entrecortada, tus manos,
el calor que desprende tu cuerpo, tu olor, tus besos: simplemente sentirte.
Me estremezco sólo con recordarlo, y me niego a saber que no volveré a sentirlo.
O quizás sí, pero sólo en el recuerdo. Y no me basta.
Y estoy llena de tanto que me duelen los poros de la piel.
Tengo tanto que darte, tanto que sentir, que el pecho se me llena de ganas de vivir,
y me ahoga. Me asfixia. Me tortura.
Temo no sentir nunca nada igual. Aunque sé que no es nada más que eso.
Son sólo mis sentidos que rebosan, que explotan, que vibran.
Pero sólo eso, es Todo.
Ahora sólo me queda el recuerdo. Me engaño.
Y revivo cada momento, cada caricia, cada beso, cada palabra, cada gesto, cada olor, cada sabor.
Pero sólo son recuerdos. Y no me basta.

TE ESPERO

Todo esto es por ti.
Todo habla de ti.
Cada palabra eres tú.
Tú. A quien no conozco,
y al que me empeño en poner un nombre.

A veces me descubro esperándote
y me siento tan tonta, tan ingenua
Tan sola.

Quizás no eres tú a quien espero.
Necesito dejar de esperarte.
Necesito dejar de pensar que ya no te espero.
Pero te espero.
Te espero a ti.
Sin saber por qué, sin saber si eres Tú.
Te espero.

QUIZÁS

Sentada en este sofá viejo que siempre pienso en cambiar
Se eleva el humo de mis cigarros y entre el cansancio del día y la fragilidad de la noche empiezo a pensar que

Me gustaría ser cantante
Que me encantaría saber tocar la guitarra,
Me gustaría componer canciones que pudiera cantar
Que quisiera ser bailarina
Que me gustaría saber hacer fotografías que retrataran grandes momentos
Que quiero y tengo grandes historias que contar a los demás

Enciendo otro cigarro, aunque ya no tenga ganas de fumar
Y en este sofá viejo que sé que nunca cambiaré
Me contradigo al pensar que si

Quizás pudiera cantarte, o que tú lo hicieras por mí
Quizás si pudieras cantarme esa canción acompañada de tu guitarra
O que me cantaras una compuesta sólo para mií
Yo podría bailarte las noches y retratar esos momentos en mi recuerdo
Y todo esto ya le daría sentido a que el sol se pusiera
Y a que volviera a amanecer, incluso en los días de lluvia
Y te susurraría que es por esto por lo que vivo, por lo que quiero vivir

Y apago otro cigarro y vuelvo a la realidad
Sigo sentada en este sofá viejo y sé que difícilmente todo esto ocurrirá
Pero antes de abandonarme a mis sueños me da por imaginar

¿Te imaginas cómo sería que
Me cantaras esa canción acompañada por tu guitarra
Esa que sólo escribiste para mí
Y que yo te la bailara cada noche
Cada mañana
Mientras te susurro entre mis pasos, entre cada nota, entre cada una de tus palabras
Que es aquí donde quiero vivir?

CREO SER TÚ

Esa guitarra me mira, me habla en silencio desde el rincón en el que permanece desde hace algún tiempo.
Sé que te haces pequeña rodeada de tantos recuerdos.
Hay días en los que te veo. En los que me pareces brillante y tentadora. En los que reflejas todo lo que quiero.
Pero hay días en los que te olvido. En los que, estando en el mismo sitio, ni siquiera te veo.
Esos días sólo veo un marco de fotos, el reloj de la mesilla, sus zapatos, su ropa, sus recuerdos.
A veces tampoco veo todo esto. No veo nada. Sólo paso de puntillas sin determe en lo que me rodea.

Ahora me estás mirando, reflejando la luz de la mesilla, mientras pienso qué es lo quiero.
Me gusta tu forma, tu color, tu sonido,
Pero ahí te tengo, abandonada.
Y creo ser tú.
Una ilusión olvidada en un rincón de cualquier casa, intentando reflejar luz para que me puedan ver y así convertirme en una canción que alguien no se cansará de escuchar.

Y de momento aquí seguiremos,
olvidadas,
intentando robar luz.

PROMETO QUERERTE

Prometo quererte en libertad
Tal y como eres
Sin condiciones
Sólo porque sí; precisamente porque sí
Prometo entender que a veces no te entenderé
Prometo seguir queriéndote cuando duela

Prométeme que me querrás cuando no te deje ser libre
Tal y como soy
Sin condiciones
Sólo porque sí, precisamente porque sí
Entiéndeme cuando ni siquiera yo pueda entenderme
Y sigue queriéndome cuando te duela

Prometo quererte incluso cuando se acabe
Ya te quiero sin empezar
Yo te quiero sin amarte
Prometo amarte si tú me quieres:
Libre, tal y como eres
Presa, tal y como soy

Ya se ha terminado, y duele
Y como te prometí: sigo queriéndote.