jueves, 24 de septiembre de 2009

TREGUA

Estoy teniendo unos minutos de serenidad, paz y lucidez. Han venido como la ansiedad, de repente, sin avisar y sin un por qué. Es una agradable sorpresa que esta vez el invitado sea tan tranquilizador. Cuánto lo he echado de menos y cómo me gustaría que se alargara. No quiero marcharme a la cama para que no se acabe, para intentar exprimirlo al máximo, ya que en los últimos meses puedo contar con los dedos de una mano las veces que he tenido esta sensación. Intentaré grabarla en mi memoria para que cuando desaparezca me sienta capaz de recuperarla; para saber fehacientemente que es factible tener unos momentos de tregua en este incesante tronar de confusiones hirientes.
Quizás esta noche, por fin, las pesadillas no vengan a arroparme.

2 comentarios:

alvarodrv dijo...

Me he sentido igual tantas veces, luchando por retener un sentimiento tan agradable, temiendo recuperar el anterior estado de miedo irracional, pena y tristeza que se solapan a todo lo demás, haciendo verdaderamente difícil ver las cosas con sentido práctico. En mi caso, suelo conseguirlo, sobreponerme y darme cuenta de lo bueno que me rodea, que suele ser más que lo malo. Espero que a ti te pase lo mismo :)

Naida Saavedra dijo...

Espero que la serenidad vuelva más seguido, es una agradable compañía. A veces las pesadillas nos arropan pero si nos damos cuenta que con las manos podemos quitarjos la cobija todo se arregla.
Saludos, me gusta tu blog.