Perdí la piel en el roce de tus manos,
el sabor en el último beso largo, lento y entregado que no quise darte
y las miradas en aquel adiós que tus ojos me clavaron despiadadamente.
Olvidé tu olor en las sábanas de aquel atardecer,
y el silencio en las palabras que no quise escucharte.
Intento recordar que tengo que olvidarte
y sólo consigo olvidar que ya no quiero recordarte.
Procuro no soñarte ni despierta, ni dormida,
mientras sueño que ya no te recuerdo
y que nunca tuve que olvidarte.
Olvidé decirte que no sé si podré olvidarte
y recuerdo cada día que no debo decirte que no dejo de recordarte.
No podré decirte adiós hasta que no consiga recordarte
que me devuelvas la piel, el sabor, las miradas, los olores y el silencio
que cuando te fuiste olvidé llevarme.
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