No sabes si es suficiente.
Lo es, si tú también me quieres.
Sólo tengo que recordar aquella noche lluviosa, para saber que esto no se puede apagar tan fácil. Si aquella manta de agua avivo unas cenizas, no puede haber nada que acabe con esto. Y menos nosotras.
El amor cambia, se transforma, se reaviva, pero también palidece, y es precisamente entonces cuando más debemos cuidarlo, mimarlo, hacerlo fuerte y valiente. Donde debemos escucharlo y darle tiempo, sí, incluso más.
Debemos ser valientes, y apostar por lo que nos ha dado tanto.
Mira TODO lo que tenemos. Sabes qué grande es nuestra fortuna?
No hay mayor riqueza que ésta. No la hay.
Cree otra vez.
Aprendamos a escuchar de nuevo a nuestro amor, que nos grita para ser salvado.
Entre las dos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario