Me pides que me quede aquí
esperando oír tu respiración
mientras mis pulmones luchan
por soportar la tormenta
que sobre oxigena mi razón
…
Me pides que te mire
mientras te atravieso con las pupilas
intentando desgarrar las penas
que mis adversarios cosieron
entre tus lunares
…
Me pides que repase los abismos
de tu ombligo
mientras intento desencadenarme
de los vapores que emanan
los poros de tu piel
…
Me pides que te quiera
mientras miro por la ventana
buscando a aquel señor de la esquina
para comprarle un poema
rosa fucsia para ti.
…
Y cuando me pidas que me muera
que me muera por ti
estaré firmando en mi tumba
mi propio epitafio, que dirá:
“NUNCA ME FUI”
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