Hoy tengo ganas de gritar que pienso abrazarme a la vida. Que voy a llenar las maletas con todas las cosas tristes que llenaron aquellos últimos cien días y a comprarles billete de ida a tierras desconocidas.
Hoy me despido de las lágrimas que inundaron mis tripas, y me quedo con unas cuantas para llorar las alegrías.
Hoy cuento los días que llevo despierta, porque ya no tengo que contar los rotos y descosidos que desmantelaron mis días.
Hoy doy la bienvenida a la luz,
y te digo Hasta Nunca desidia.
Y a ti, que me has curado más de una herida, te guardo un hueco entre mis costillas para que duermas los días grises y te revuelvas los de sol, de tostadas, películas y risas.