viernes, 3 de julio de 2009

MUJER DE ROJO SOBRE FONDO NEGRO

Son las cuatro de la tarde y estoy borracha, ebria, perjudicada, o cualquier otro sinónimo que pueda definir mi decisión y consecuencia de estrenar mis copas de vino (igual debería señalar que todavía no he comido, y esto también influye).

Tengo una sensación rara. Es una mezcla de confort y patetismo. Algo parecido a lo que siempre me ha evocado el cuadro que cuelga en una de las paredes de mi salón, en el que se dibuja una mujer vestida de rojo sobre fondo negro, sola frente a un vaso y una botella. A juzgar por su expresión le pesa la vida, o quizás tan sólo la última conversación.

Mi copa de vino, mi ordenador, mi cuaderno, un cigarro y esta letra indefinida que choca con mi imagen de solidez, de ideas claras y paso firme.

Ésta soy yo.

2 comentarios:

Alexcibernetica dijo...

Con intensidad o sin ella, la vida pasa.
Y le damos demasiada poca importancia a saber estar a solas con nosotros mismos.
Créeme, hay mucha gente que no sabe.

Cosas Que Nunca Te Dije dijo...

Debo decir que por fortuna y/o por desgracia siempre he sabido y me ha gustado estar sola. Pero también tengo que confesar que hay veces que la soledad me resulta demasiado grande.
Gracias infinitas por tu visita y comentario.